Pienso en aquellos olvidados días antiguos
Abrigada bajo esa manta que alguna vez tuvo color
Y ahora anda afligida buscando tu sombra…
Se avecina la tarde y yo sigo sin entender,
Es que abandonaste tu olor en mis fríos recuerdos
De un infinito enero, febrero y marzo…
Inmortal como sus nombres que envenena al pronunciarlos.
El reloj no corta mi larga espera
De que llegue el minuto de desintoxicarme
De ese agrio sabor de tus besos infieles
Y tu fantasma vigilando mi puerta.
La luna susurra a mis oídos discretamente
Reclamando que la acompañe por esta noche
Mientras mueren las luces de la ciudad
Sospecho que seguiré sus órdenes
Gracias por la bienvenida, sabía que te encontraría.