A pasos temerosos te digo hola de nuevo y como hijo pródigo corro a tus brazos mientras me sonrojo ante tu poder, se que no esperabas mi visita y que desde hace mucho no conversamos, tú sabes todo sobre mi vida, pero yo me perdí tristemente entre la soledad y el miedo...
Tú solo agradeces mi presencia y preparas con mucho amor los mejores manjares para darme la bienvenida, pero es que así somos los seres humanos, volvemos a ti solo cuando necesitamos ayuda y comprensión, cuando el mundo dejó de girar y nos sentimos rechazados, cuando queremos pedir algún favor y ¿qué hacemos nosotros por ti?
Gracias por darme la vida, por la familia que tanto amo, por los buenos amigos que conocí, por todos los momentos que pase, te encontré en la sonrisa del niño ¿Recuerdas? La inocencia corría como sangre por mis venas aquellos años y te sentía tan cerca, que el mundo se hizo simple y feliz, las letras de canciones para ti , eran como poemas salidos del alma; te encontré en el abrazo del pobre, mientras mis lágrimas recorrían aquel frígido rostro y en el gracias del anciano a quien me presentaste para ayudar; te vi en los ojos de aquel ciego , si, él que imaginaba mi rostro y lo describía cada mañana; te escuche en las palabras de mi abuelo cuando en medio de secas esperanzas brillaba una luz de misericordia...te encontré, pero después me oculté.
Me escondí, me tape los oídos y puse una venda en mis ojos, no quería ver mi realidad, tú aparecías de nuevo, pero escapaba...me sonreías y miraba a otro lado, me llamabas y desviaba el camino... se que nunca me abandonaste, por que yo me aleje, pero siempre estabas ahí, cuidando de mi, protegiendo cada paso que daba, muchas veces el odio se apoderaba de mi alma , te acusaba injustamente de mis errores y a pesar de la indiferencia, me brindabas tu ayuda, me regalabas un abrazo de mi madre y consejos de algún amigo.
Hoy vengo con la cabeza agachada y el perdón en mi boca, no quiero apartarme nunca más de ti...lléname de tu paz y que refleje luz al mundo, dame fuerza y voluntad para ayudar, para volver a casa y sonreír llena de tu gloria...