jueves, 31 de marzo de 2011

Y me diste nombre


A pasos temerosos te digo hola de nuevo y como hijo pródigo corro a tus brazos mientras me sonrojo ante tu poder, se que no esperabas mi visita y que desde hace mucho no conversamos, tú sabes todo sobre mi vida, pero yo me perdí tristemente entre la soledad y el miedo...


Tú solo agradeces mi presencia y preparas con mucho amor los mejores manjares para darme la bienvenida, pero es que así somos los seres humanos, volvemos a ti solo cuando necesitamos ayuda y comprensión, cuando el mundo dejó de girar y nos sentimos rechazados, cuando queremos pedir algún favor y ¿qué hacemos nosotros por ti?


Gracias por darme la vida, por la familia que tanto amo, por los buenos amigos que conocí, por todos los momentos que pase, te encontré en la sonrisa del niño ¿Recuerdas? La inocencia corría como sangre por mis venas aquellos años y te sentía tan cerca, que el mundo se hizo simple y feliz, las letras de canciones para ti , eran como poemas salidos del alma; te encontré en el abrazo del pobre, mientras mis lágrimas recorrían aquel frígido rostro y en el gracias del anciano a quien me presentaste para ayudar; te vi en los ojos de aquel ciego , si, él que imaginaba mi rostro y lo describía cada mañana; te escuche en las palabras de mi abuelo cuando en medio de secas esperanzas brillaba una luz de misericordia...te encontré, pero después me oculté.


Me escondí, me tape los oídos y puse una venda en mis ojos, no quería ver mi realidad, tú aparecías de nuevo, pero escapaba...me sonreías y miraba a otro lado, me llamabas y desviaba el camino... se que nunca me abandonaste, por que yo me aleje, pero siempre estabas ahí, cuidando de mi, protegiendo cada paso que daba, muchas veces el odio se apoderaba de mi alma , te acusaba injustamente de mis errores y a pesar de la indiferencia, me brindabas tu ayuda, me regalabas un abrazo de mi madre y consejos de algún amigo.


Hoy vengo con la cabeza agachada y el perdón en mi boca, no quiero apartarme nunca más de ti...lléname de tu paz y que refleje luz al mundo, dame fuerza y voluntad para ayudar, para volver a casa y sonreír llena de tu gloria...

domingo, 13 de marzo de 2011

Amanece


Y desperté, mis temores habían desaparecido, estabas tú ahí, yo en mi realidad… Mi deseo más profundo, el pedido más grande que mi ser había soñado.

Me perdone a mi misma y eso bastó para que tu lo hicieras después, no más rencores, no más peleas, estábamos los dos como almas puras, mirándonos sumergidos en un abrazo, como si el reloj no avanzara, como si la distancia no existiera, lo importante era abrigar el silencio.

La vida emprendía nuevamente, los latidos de tu corazón traveseaban con los míos y un simple beso en la frente valía más que todas las riquezas del mundo.
Tantos segundos indagando como llegar a tu corazón de limón, para no conseguir tu compasión sino el universo de tu sonrisa.

Esperaba algún gesto tuyo que me diera la señal para continuar en la travesía, no me importaba esperar hasta que la nieve del tiempo envuelva mis cabellos negros, por que sabía que tú eras mi felicidad.


Me enseñaste muchas cosas en tan pocos instantes, pero no interesa el tiempo que subsista pues hay personas que no borras jamás.

El dueño de mis sueños y mis desvelos, imposible no dejar un segundo del día para no pensar en ti, tus recuerdos curioseaban por mi ventana y el olvido hacia de las suyas para no ahogarte en sus mares.

La soledad me llevó a conocer un amigo llamado tiempo; tiempo que agradezco, tiempo a quien pido compasión, tiempo que no dedique para mi, tiempo que me dio la respuesta para encontrar un claro sentido a mi vida. No hay mejor persona que te ame, más que tú misma; no existe una sonrisa perfecta más que la tuya, no sentimos el verdadero perdón más que el realizado hacia tu espíritu…

Y es cuando sentí el verdadero amor, es cuando volví a tropezar con tus huellas en medio de mi camino…El pasado que nos separó, ya paso; nuestras risas se escuchan a lo lejos.